Por: Mercedes Saturno
Los primeros campamentos de verano surgieron con el objetivo de darles espacios más seguros a los niños de las clases más humildes, de Europa principalmente, que producto de las guerras y conflictos se encontraban en situaciones de vulnerabilidad.
Estas salidas, aunque fueran por períodos cortos de tiempo, ofrecían oportunidades de aprendizaje, a través de actividades tan nuevas y diferentes, además de ser una especie de refugios para ellos.
Poco a poco la perspectiva de los campamentos de verano, por lo que ofrece y representa, ha ido ganando una posición aún más importante y de mayor valor para los padres de familia en la crianza de sus hijos. Estos no solo brindan espacios seguros, sino también la oportunidad de desarrollar,
en lapsos cortos de tiempo, habilidades de liderazgo, autonomía, resolución de conflictos, imaginación, costumbres y valores fundamentales para la vida.